El día de hoy fui al cine con mi esposa y vimos la película “Días perfectos”, no haré una reseña ni dire de que trata, solo quiero hablar sobre el mensaje que tiene la película y sobre el poder de la percepción.
Todos los días salimos al trabajo o a la escuela o hacer cualquier actividad que hagamos rutinariamente y en cada día la manera en la que percibimos nuestro entorno está dictada por nuestra percepción del momento, puedo enojarme por ir en el tráfico o puedo aprovechar que estoy detenido en mi carro para poner una canción que quiera cantar a todo pulmón, puedo en cada instancia de mi existencia ver la vida de la manera que quiera verla. Esta premisa asusta a mucha gente, pone toda la responsabilidad en el individuo y le dice a aquellos que pintan su existencia de miserable que depende ellos salir del estado emocional y mental del que se encuentran.
Personalmente, creo aceptar esa responsabilidad es liberador, nos da un poco de control sobre nuestra existencia y si lo analizamos más profundamente nos dice algo muy poderoso, nos dice que el mundo lo creamos nosotros. No lo materializamos, no puedo pensar que mañana me voy a ganar la lotería y mágicamente sin haber comprado un boleto seré el ganador, es importante hacer esta distinción, creamos el mundo que nos rodea con nuestra percepción más, no lo materializamos.
¿Si yo creo el mundo que me rodea, eso significa que yo puedo hacer de mi existencia la más placentera o la más miserable de todas, que fácil suena no?, la verdad es que para poder llegar a la comprensión plena de este concepto se requiere de un trabajo muy fuerte imagínate cuantas cosas hace nuestro cuerpo sin que nos demos cuenta: respira, crece cabello, expande y contrae los pulmones, hace palpitar nuestro corazón, hace un millón de acciones cada instante sin que nos demos cuenta y ahora que sabemos que tenemos control sobre como percibimos el mundo creemos que solo con saber es suficiente para cambiar por completo nuestra realidad, puede que en un principio si lo sea y es lo que le sucede a las personas que alcanzan el samadi o la iluminación con psicodélicos o drogas, pero este efecto pasa y pasa rápido. Es análogo a controlar nuestra respiración, podemos hacerlo si nos concentramos y siempre que mantengamos conciencia en la actividad que estamos realizando llevaremos la respiración según queramos, pero en el momento en el que dejamos de poner atención, PUM! Entra el inconsciente a encargarse de nuevo de todo.
Diego Guerrero 19/02/24