El título de este escrito es “El miedo a no lograr nuestras metas” porque en muchas ocasiones ese miedo era el que me impedía comenzar con mis proyectos y estoy seguro de que ese mismo miedo es el que a ti también te paraliza cuando piensas en emprender o comenzar algo nuevo.
Hace tiempo leí en un libro de filosofía zen, una frase que me hizo reflexionar sobre mis proyectos y aspiraciones.
El único destino que está escrito es el del hombre que no hace nada.
Me paralizaba el pensar “¿Y si no funciona?”, temía dedicarle tiempo, esfuerzo y energía a algo que no sabía si iba a funcionar, pero leer esa frase me hizo ponerme en acción y empezar a actuar.
Lo que sentí al leer la frase fue lo siguiente: Puedes esforzarte y fracasar, pero si no te esfuerzas, ya fracasaste.
En esta vida no tenemos garantía de nada, ni siquiera de existir el día de mañana; la vida es tan efímera como el pasar de las estaciones, lo único seguro en la vida es que el tiempo que tenemos cada vez es menor, cada día que pasa es un día menos de vida y cada cosa que dejamos de hacer es una cosa que tenemos garantizado su destino.
Por eso, el único hombre que tiene garantizado su destino es el que no hace nada, porque te puedes esforzar y fracasar. Puedes dedicarle toda tu vida a una cosa y puede que no seas bueno para ello, pero si nunca intentas nada, si nunca empiezas ese proyecto, esa meta, te garantizo que tu destino está escrito.
Empieza hoy eso que siempre quisiste hacer: aprende, baila, canta, corre, nada, toca la guitarra. Haz de tu vida lo que quieras y recuerda que todos los días escribes la historia de tu vida, no eres espectador de tu historia, eres el que la escribe con tus actos del día a día.